En algunas personas es más notorio que en otras, pero el olvidar las cosas o dónde dejamos algunos artículos es más común de lo que muchos pensarían. A pesar de que esto es normalmente asociado con la vejez, los jóvenes y adultos también llegan a tener estos padecimientos, los cuales podrían escalar a otras cosas.

Para evitar esto, un estudio realizado por los neurólogos Elizabeth Kensinger y Andrew Budson revela algunos consejos con los que podremos combatir estas señales, y así poder procesar con mayor facilidad la información que entra en nuestro cerebro, sobretodo aquellas que consideramos como importantes.

Cuando la pérdida de memoria se empieza a dar con más cotidianeidad y las señales comienzan a ser más fuertes, estos lapsos de pérdida de memoria podrían ser vistos como una especie de Alzheimer u otro tipo de demencia, por lo que estos especialistas nos da algunos consejos, divididos en cuatro etapas, para poder tratarlo.

Las cuatro etapas para mejorar la memoria

La primera fase nos habla de intentar focalizar nuestra atención en una cosa en particular, es decir, retener la información sobre una cosa en concreto antes de comenzar con otra. Para esto, es importante el saber escuchar, ya que se considera importante interrumpir al interlocutor solo cuando se considere necesario.

La siguiente etapa consiste en la organización de los datos, procesando la información que se nos ha dado y con ella situarla en un contexto en el cual se dé prioridad para poder retomarla en un futuro, pasando con el tiempo al segundo plano, pero siempre presente para cuando se necesite usar de nuevo.

La tercera fase consta de analizar la información más allá de solo recopilarla, ya que no solo queremos guardar los datos de una manera robotizada, ya que si nos aprendemos las cosas tal y como nos la dicen, el más pequeño cambio podría alterar todo en nuestra cabeza y hacer que no recordemos nada.

Por último, lo que se debe hacer es relacionar el contenido; esto nos servirá más para recordar rostros o nombres que no utilizamos tan seguido, asociándolos con algún lugar o momento del pasado en el que ambos estuvieron presentes ; los estudios aseguran que organizar es importante para que el cerebro sepa qué información poner por delante de otra.

Algo que también hay que tomar en cuenta es que, para que nuestra memoria funcione de mejor manera, es importante tener una buena cantidad de sueño, pues como indica la neuróloga Kensinger, “ayuda a que la información pase de ser brevemente accesible a almacenarse a largo plazo, y guía la transición de algo que recordamos de un evento específico”.

JAP